El
segundo fin de semana de Mayo se celebra la feria Medieval en Ibiza,
por todo el casco antigua sobretodo en Dalt Vila. Recorre sus calles
llenas de puestos de una gran variedad en productos gastronómicos de
todas las clases dulces, salados, también productos artesanos.
Destacando los productos ibicencos, espardeñas de esparto, cestos,
Flaones, Graixioneras, miel artesana. Toda la ciudad se engalanada
transportándote
al medievo.
A
mi personalmente este fin de semana me gusta perderme entre sus
calles observando los puestos de artesanía y de comida como frutos
secos, que acabo comparando garrapiñadas de almendras recién
hechas, infusiones de todas la clases, especies de todos los
colores,... respirar olores y sabores que te transportan a otras
lugares. Ver los pasacalles con sus danzas y cantares de diferentes
lugares.
Todos
los años decía que algún día estaría en el Medieval y así fue.
Ocurrió en 2015 con mi puesto de bisutería, paros pintados a mano
cestos. La zona que me toco era la calle Joan Ramón (enfrente del
antiguo seminario), allí coloque mi estructura forrada de tela y
cañizo, el puesto fue decorado con un estilo medieval. Para la
vestimenta escogí dos looks, el primero para el día: una falda
larga blanca con un poco de vuelo, con un corsé negro, en ocasiones
llevaba una blusa blanca abullonada por debajo del corsé y en cuanto
caía la noche me ponía un vestido largo negro bordado de estilo
medieval, el pelo me lo alise pero a veces me hacia dos trenzas
colocando las a modo de corona. Empezábamos a la 10 de la mañana a
12 de la noche, bueno hasta que la gente se marchara.
Tengo
que decir que esos días me lo pase muy bien, conocí gente
maravillosa, me recorrí el mercado con ropa medieval. Me acuerdo que
tenía una neverita con agua, fruta y zumos naturales bien
fresquitos. Aunque para comer un día falafels, otro kebab, otro
jamón a la brasa, pastelitos de todos los estilos. A y no podía
faltar el te, me tomaba dos o tres al día ¡oh me encantaba!. Estar
en mi puesto, la gente paseaba por la calle mirando y comprando
cositas, hablaba con compañeras y compañeros, había buen ambiente.
A pesar del cansancio físico, fue una gran experiencia aprendí
mucho, tengo que decir que me gustaría volver a participar en la
Feria Medieval de Ibiza.
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