El
domingo 26 hacia muy buen tiempo para ser Enero, por lo que decidí
acercarme a la playa de Es Codolar que se encuentra dentro del Parque
Natural de Ses Salines, siendo la mayor extensión de la isla pero la
menos frecuentada. Esta playa esta compuesta por cantos redondos
(codols).
Al llegar me
senté en una piedra a contemplar las vistas hacia los estanques y el
mar. Ese día el agua estaba tranquila con su color turquesa
característico. Las olas rompían en la orilla, con una brisa
agradable.
A
continuación me acerque a los estanques de sal. Construidos en la
época fenicia al rededor de 600 a. C., cartagineses, romanos,
musulmanes y cristianos siguieron trabajando en la producción de sal.
Otras
de sus encantos que tienen los estanques es su fauna variada:
garzas, flamencos, pardelas baleares,... Estuve paseando por ellos,
parándome para contemplar el agua corriendo y pude ver algún
flamenco con su color rosado característico, también vi otras aves.
Y
no me podía ir sin acercarme a la gran montaña de sal. Siempre me
ha llamado la atención, cada vez que voy a las Salinas me gusta
contemplarla.
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