Después de casi dos años sin poder viajar, ganas de emprender nuevos retos, con ganas de ir de un sitio a otro.
Después de casi dos años sin poder viajar, ganas de emprender nuevos retos, con ganas de ir de un sitio a otro. La ilusión de conocer nuevos destinos o regresar aquellos a los que repites siempre que puedes y que siempre descubres cosas nuevas. Pero que me dices de esos nervios que entran el día anterior pensando en las aventuras que harás, la maleta que looks escoger para estos días ¡no se vosotras/os! pero yo, unos días antes, me pongo algo nerviosa pensando en el viaje.
Este viaje se tenia que haber hecho en Navidades, en fin de año para ser exacta. Pero la situación que estamos viviendo no era la idónea para viajar, se pospuso para cuando se pudiera viajar, y así lo hicimos. A mediados de mayo volvimos a programar el viaje, con los billetes no tuvimos problemas.
Preparamos las cosas y rumbo a la Sierra del Segura, se extiende en dirección suroeste-noreste en las provincias de Albacete, Murcia y Jaén. Contiene montañas de más de 2.000 metros de altura, valles, bosques, pueblos y aldeas de ensueño, en las que poder desconectar con el aire más puro, una gastronomía de sabores de antaño, “sin apenas gente y la que hay todavía se saluda con cariño”.
INICIO DEL VIAJE:
Denia es una ciudad costera del Mediterraneó, cuando llegas lo primero que ves, es una colina con un castillo. Era la primera vez que caminaba por sus calles, siempre que iba era de paso. Tengo que decir que lo poco que vi me gusto, es una ciudad con mucho encanto. Comimos en un restaurante situado por una calle cerca del puerto deportivo, al terminar nos pusimos en camino está la aldea de Plañel situada en la provincia de Albacete. Una pequeña aldea rodeada de casitas y unas maravillosas vistas al valle.
SEGUNDO DÍA VISITA A LETUR
Al día siguiente nos levantamos, Preparando los desayunos con pan recién hecho con unas gotas de aceite de oliva, té o café Y nos lo comimos en el jardín de la casa con unas vistas maravillosas a un valle y en las montañas. se estaba muy bien tranquilo sin ruidos de coches, el aire puro con una suave brisa pero muy agradable. Tengo que decir que ese momento no lo tomamos con mucha calma. En cuanto estuvimos listos encendimos los coches rumbo a Letur, que estaba a una hora aproximadamente.
Llegamos a Letur recargamos pilas con comida rica con unas vistas maravillosas al valle. Nos espera una aventura, una ruta hasta el Charco Pataco. El día estaba soleado con un par de nubes, no hacía ni frío ni calor, la temperatura ideal para hacer una caminata. Empezamos la ruta, por un sendero estrecho repleto de vegetación por todas lados, cascadas, pequeños arroyos de agua que corría ladera abajo. En la primera parada nos encontramos con una cueva, que se encuentra a mitad de camino algo peculiar tenía mucho encanto y al lado un merendero para nos sentamos para descansar un rato. Después de unos minutos nos pusimos en marcha otra vez, seguimos caminando por el sendero que nos llevó hasta el Charco Pataco.
Bien entrada la tarde con un poquito de lluvia realizamos un tour por el pueblo para conocer todo y cada uno de sus puntos, callejear por sus calles repletas de historias, plazas pasando por el Arco de las Moreras, visitamos varias fuentes de estilo Mudéjar. Para concluir la caminata llegamos al charco de Las Canales, piscina natural ideal para bañarse en verano.
RUTA POR EL CAMPO
Pasar un día en el campo entre risas y buena compañía.
El tercer día fue más tranquilo, por la mañana hicimos senderismo. Comenzamos la marcha en Plañes fuimos subiendo por senderos por en medio del bosque, según caminábamos nos encontrábamos con aldeas. En el grupo venía un lugareño que nos hacía de guía, ¡ya que conocía muy bien la zona!. Junto a él su compañera una perrita muy cariñosa.
Llegamos a una bifurcación uno seguía la carretera y el otro un sendero estrecho que nos adentraba en el bosque, teníamos que caminar en fila, era estrecho. tengo que decir que era muy agradable andar viendo el bosque en su esencia y unos pasos hacia delante otro desvío junto a un arroyo seguimos la caminata hasta llegar a la meta un nacimiento de agua llamado La cueva del agua.
A continuación proseguimos la caminata a la inversa para volver a la aldea, nos esperaba en aquella casita de cuento buena compañía con la que pasar la tarde entre risas.
MAÑANA EN YESTE Y POR LA TARDE AL RÍO
Cuarto día nos dirigimos a Yeste, Albacete en la Sierra del Segura, entre los valles por los que pasan varios ríos Tus, Suegra y Taibilla. Marcado una gran diversidad cultural por su histórica, multitud de culturas han pasado por ella, destacando la Edad Media. Todo ello ha dejado huella en su arquitectura, en cada rincón de sus calles un gran pueblo de una gran belleza y el centro, en lo alto de una colina se sitúa el castillo. Una antigua fortaleza islámica a mitad del siglo XIV fue reformada.
Empezamos el recorrido por el castillo contemplamos el patio interior y fuimos entrando y saliendo de todas sus dependencias, a continuación subimos a la planta superior hasta llegar a lo alto de la torre para poder disfrutar de sus vistas hacia Yeste y al valle.
Y para terminar esta aventura, después de degustar unas migas manchegas, cogimos los coches hasta llegar a un río cerca de Plañes, para llegar a él tuvimos que andar un rato, pero mereció la pena. Una vez allí disfrutamos de un entorno natural y como el agua baja, pasamos una tarde entre risas y alegría.
El último día nos tocó hacer la ruta al revés de Planes a Valencia. Nos la tomamos con calma durante el trayecto hicimos varias paradas una en Letus a por pastas ricas recién hechas, también nos detuvimos en otro pueblo para comer, continuamos con la ruta hasta llegar a Valencia aquí nos esperaba el barco para regresar a casa.